DOLOR
Dolor,
viajero
en nuestra sangre.
Dolor
en tres dimensiones,
salvaje,
vehemente,
segando
con su espada
corales
de fuego,
anillos
de Júpiter,
derramándonos
en trocitos
de
orillas huérfanas.
Entre
blanco y negro
se
cruzan momentos infames,
y
el grillo canta
un
adiós de hiel que resiste
y
un reto en la flor de la noche.
Guardo
cada hoja marchita
en
nuestro álbum de sorpresas,
repito
que estás
y
nada podrá arrebatar el suspiro
que
no se evapora.
Pacientemente,
enciendo
una lámpara azul
al
borde de tus ausencias,
y
vuelves,
vuelves
a apaciguar el dolor
de
mis cuatro llagas.
Descansa,
descansa,
sobre
los pétalos que un ángel
ha
dejado en nuestro lecho
más
vivo que nunca.
Descansa…
Cuando
abras los ojos
te
volveré a coronar
dios absoluto de nuestro Olimpo.