Donde
el pájaro antepone su nido
al
imán del arco iris.
Entre
la memoria que sosiega el ímpetu
y
amanece espejo.
Junto
al sonido del arpa muda
que
compone savias sin sucedáneos.
Ahí,
reptaré
por el eco de tus mundos
para
fundir tu sombra con la mía
hasta
que todos los soles las olviden.
Después,
serán
inmortales bajo la escarcha.
Ya echaba de menos la tejedora de rimas
ResponderEliminarYa echaba de menos la tejedora de rimas
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