PACIENCIA
Como
Penélope, tejo y destejo
abrazos,
lejanía, olas…
Anclada
en esta isla rocosa,
elevo
un altar a la paciencia,
santifico
espumas leves
de
agua redentora.
Han
pasado barcos y lunas
y
la ausencia agita el remanso
de
flores de sal y poemas,
canta
soledad,
descoloca
ecos
al
pie de mi escarpado refugio.
Ya
no pregunto por qué
el
horizonte al tocarlo se desvanece,
ni
cuántos hilos de seda
necesitaré
para besar el sol,
sigo
aquí
aunque
caiga una y mil veces
y
el tiempo apague mis pupilas.
Aquí,
otro día más,
tejiendo
y destejiendo-me
hasta
que el viento me traiga
el
rostro del amor.