Frío
es el dolor de la roca,
escarpada
mansedumbre,
estatua
fija en el abismo,
sin
más destino que el azote
desaforado
del mar.
Ansía
mudanzas serenas,
sin
ataduras,
que
ablanden sus filos
de
dureza insoportable.
Fortaleza,
con raíces de sal,
abandonada
a su suerte,
inmóvil
danza en su recinto.
En
las noches
el
salpique agresivo de las olas,
son
lágrimas en su instinto,
pena
en el catafalco azul
de
su memoria.
Me
alejo de ella,
soy
viajera de mis sueños,
todavía.
Mi agradecimiento a Elen Lakner, por la elaboración
de este vídeo.
¡Que bello, amiga poeta, ser viajera de los sueños! Preciosos, el vídeo y el poema.
ResponderEliminarMi abrazo y aplauso para ti. María
Muchas gracias, querida María, por arropar mis letras.
ResponderEliminarBesos con mi amistad y cariño
Pilar