DESPERTAR
Otro
despertar
y
el futuro se cristaliza
entre
deshilados ensambles.
Los
brazos del amor soportan
nubes
que oprimen
y
brebajes que inoculan
un
hálito de milagroso presente.
Descalza
deambulo
por
cuevas que interiorizo,
poniéndole
sonrisas
tan
ajenas como teatrales.
Me
hago pasar por sanadora
de
lágrimas reprimidas;
cuento
los días hacia el pasado
sin
que nos falte una rosa,
o
un latido nos proteja.
Mentiras
piadosas
brotan
de mis hombros pálidos,
mientras limo aristas
y
me acojo a señales de humo
en
el laberinto de mis súplicas.
Todo,
porque brote de la pena
una sonrisa.