DESPERTAR
Otro
despertar
y
el futuro se cristaliza
entre
deshilados ensambles.
Los
brazos del amor soportan
nubes
que oprimen
y
brebajes que inoculan
un
hálito de milagroso presente.
Descalza
deambulo
por
cuevas que interiorizo,
poniéndole
sonrisas
tan
ajenas como teatrales.
Me
hago pasar por sanadora
de
lágrimas reprimidas;
cuento
los días hacia el pasado
sin
que nos falte una rosa,
o
un latido nos proteja.
Mentiras
piadosas
brotan
de mis hombros pálidos,
mientras limo aristas
y
me acojo a señales de humo
en
el laberinto de mis súplicas.
Todo,
porque brote de la pena
una sonrisa.
"Sin que nos falte una rosa
ResponderEliminaro un latido nos proteja" Precioso, amiga poeta. Nunca debemos permitir que nos falten las rosas.
Un abrazo y mi admiración. María
Mi gratitud inmensa con mi abrazo enorme, querida María.
ResponderEliminarUn honor siempre recibir tu visita.
Pilar