Alegría.
Tristeza.
Compás
de espera
en
el diapasón de noviembre.
Sábanas
que pugnan por caminar,
sobre
magnolias y musgos.
Nihilismo
en pequeñas dosis,
a
un paso del puente quebradizo.
Toques
de melancolía esparcen
aguaceros
con destino común.
Tirita
el desconcierto:
bebida
dulce-amarga,
huésped
adherido a una partitura
que
no heredamos.
Alegría.
Tristeza.
El
sentimiento lucha:
amor
sitiado
por cimientos de bruma.
se siente,
se queda
se disipa...
Alegría.
Tristeza.
Ay, la alegría y la tristeza! a veces, ¡van tan unidas! Felicidades, buenfinde y besos.
ResponderEliminarMuchas gracias, querida María. Buena semana para ti, amiga. Besos
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