Ausencia:
borrón de tinta amargo
sobre
índices carcomidos,
reposando
en estanterías sujetas
a
nostalgias frondosas.
Balbuceo,
a media voz,
sin
fusionar antiguos ágapes de ilusión
con
estrellas que adoptan
la
infinitud, por causas ajenas
a
su desapego.
Nadie
y más nadie.
Y
una daga desgajando meses
famélicos,
trenzados en cuerdas
de
almas de lirios, sin retorno.
El
olvido es utopía
aferrada
a un tapiz que ignora
pinceladas
abstractas,
creadas
con el sexto sentido.
La
pasión se compadece a sí misma
al
mirar por sus desvaríos
y
no encontrar la clave
que llene de amor esta lucha.
Pilar Carmona.
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