Mayo posee el don de la elasticidad,
se
prolonga en días cálidos,
preludio
de estío que alborota a la tierra
y
camina mimado por el sol.
Salta
de flor en flor, osado atleta,
sin
mirar atrás,
sin
esconder su lozanía,
sin
cerrar sus párpados que miran al sur
de
mis gozos.
Sus
lluvias son nostalgias breves
arracimadas
en momentos nutrientes
de
trigos y bondades.
Sus
noches cantan a la transformación,
se
comunican, tersas, con fibras de amores
desnudos.
Mayo
escribe en mi cuaderno antiguo
el
milagro de renacer
y
mi pulso, receptivo,
se declara cómplice de sus transgresiones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario