Me
ha vencido
el
juego de las adivinanzas.
Ya
no pregunto por qué,
hasta
cuándo, dónde…
Mis
pasos torpes
aún
necesitan un bastón de luz
para
no caer en pausas
nutridas
con desconciertos.
Miro,
sin mirar,
el
templo en ruinas,
recinto
sagrado, fiel custodio
de cadenas
de aleluyas
y arco iris poderosos.
Suplico
al cielo, sin suplicar.
Acaricio, sin acariciar.
Acaricio, sin acariciar.
Ya
no apuesto.
Oculta
entre hojarasca
nace
una flor sin nombre.
Estimada Pilar, siempre nace alguna flor sin nombre, sin duda tan bella como tus versos.
ResponderEliminarUn abrazo y mis felicitaciones.
Juan
Sí, siempre nacen flores sin nombre que nos ayudan a mentener la esperanza
ResponderEliminaren la vida.
Muchas gracias, estimado amigo Juan. Un honor tu presencia en mis letras.
Abrazos.
Pilar
Bellísimos versos plagados de nostalgias, donde mora toda tu exquisita sensibilidad. Un placer leerte, amiga poeta.
ResponderEliminarUn abrazo. María
Caminmo entre nostalgias, ahora es tiempo de mirar hacia atrás...
ResponderEliminarMuchas gracias, querida María.
Besos con mi cariño
:)
Eliminar:)
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