Incipiente
magnitud,
semilla
de fosforescencia con alas
en
el candor atravesado
por
aroma de caléndulas.
Reverberación,
a un suspiro
del
resplandor que se prolongará
goteando
rocío virgen
en
cada presencia muda.
Boga
su barca entre brisas
elegantemente
dispuestas, en su afán
por
incitar al baile sedoso
de
la idealización conjunta
-no
hay sentido que se resista.
Renovando
orígenes,
se
proyecta un prefacio en escalada
hacia
el intimismo
de
una noche nacida entre formas
imposibles
al tacto.
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