*
Te acostumbraste
a temer todas las palabras
reveladoras de tempestades
enquistadas en tu corazón,
a dejar que tu ceguera
te impidiera vislumbrar caricias
creando vínculos sedosos
en mi piel amante.
Fuiste deshaciendo primaveras
sin saber que los otoños
se apoderaban de mí.
A veces,
veías caer flores de jazmines
y temblabas lo mismo que antes,
cuando nos amábamos.
Un día,
te dibujé el silencio y me dijiste:
"veo un círculo negro
y he entendido su significado".
Sí, amor,
ya estaba seco mi torrente de vacíos.
Era tarde para mirar los dos
hacia el mismo arco iris.
Pilar Carmona.
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