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Eras hada de mis sueños.
Nombrarte me introduce en cuentos
donde princesas hilaban ilusiones
con sabor a frutas del bosque,
y aún sin estar, estaban.
Fue un mundo de cristal transparente
por el que se veían mis ilusiones
persiguiendo arco iris
en armonía con todos los compases
creados para una danza con sorpresas.
El reloj avanzó con su tic-tac inhumano
y nunca supiste que la realidad
se infiltró en mí con su aguijón de avispa
consiguiendo que lo transparente
se deshiciera en jirones de nubes
y el dulzor se volviera amargo.
Ven, mariposa y despierta a la niña
que aprendió a volar contigo.
Pilar Carmona.
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