***
Imagino besar tu piel
para buscar sus huellas de amor
diluidas en tu silencio.
No supe lo que era vivir en ti
hasta que el roce de tus verdades
me hizo claudicar
para ser en tus caricias,
a veces cálidas,
otras de hielo donde la ausencia reinó.
Tiempo anudado
a la inercia del agua sanadora,
entre espejos rotos.
Si pudiéramos
ser parte de un todo sin desgarros
y la sombra no fuera festín de lágrimas
entre ilusiones muertas.
Si las acciones tuvieran sonidos
de promesas renovadas,
conseguiríamos no ser esclavos del ayer
y ser libres del presente.
Ay, amado, si aún existieras.
Pilar Carmona.
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