domingo, 6 de abril de 2014

DELIRIO

                                                                                       

















Consciente del sabor,
mezclo jengibre y azucena.

Se citan las yemas de los dedos
más allá del lineal sentido,
repiten suavidades
y con algas se alían
diseminando estelas.

La brisa se nombra fuego,
sobre el rito del agua,
fuente seductora, fértil.
Venus se deshace en la piel,
gotea susurros
desde la mirada al sueño.

Tu cálido bronce
transfigura el campo de las olas
que en ternura se vencen
hasta delirar
todas las fases de la luna.









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