domingo, 12 de octubre de 2014

ANOCHECER




















Háblame como rocío o lluvia.

Deja tus vocablos en mi piel
para que navegue por tus sentimientos
y el río de tu gracia
bendiga cada gota de mi agua pródiga.

Cúbreme con cada uno de tus dedos,
paso a paso, tejiéndome
en tus coronas de alas multicolores.

Llega a donde mis latidos alcanzan,
avivando caricias como antorchas
que bajan y suben
hasta que el humo serena el aliento.

Soy, si el ruiseñor de tus venas
arranca de mi pecho notas
y vibran en la cúspide de tu magia,
donde soñarnos nos multiplica.

¡Es tan fuerte el sabor que nos une
que ningún naufragio se precipita
y ningún ave pasa
sin regalarnos el murmullo del cielo!

Ahora, aún nos mece el anochecer,
nos dibuja brotes del mismo árbol,
y nos concede frutos y néctares.

¡Quédate en mi barca de luna,
una vez más!

Mañana, tal vez el olvido nos guarde
en su madeja de raíces.




2 comentarios:

  1. "¡Quédate en mi barca de luna una vez más!" Qué bellas imágenes metafóricas destilan tus versos, querida amiga poeta. Es un placer leerte.

    Un abrazo y buena semana

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  2. Encantadísima de que leas mis inspiraciones, María. Es un privilegio que así sea.
    Muchas gracias, querida amiga y excelsa poeta.

    Besosss

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